domingo 5 de mayo de 2024

PERFILES

De Bolívar al mundo: la vida de Alejandro Poffo, actual embajador argentino en Rumania y Moldavia

Forjó una carrera vinculada a las relaciones exteriores que ya tiene más de 30 años. Sus inicios en Bolívar, lo más apasionante de su trabajo y cómo es su agenda diaria.

De Bolívar al mundo: la vida de Alejandro Poffo, actual embajador argentino en Rumania y Moldavia
sábado 16 de marzo de 2024

Alejandro Poffo es el embajador argentino en Rumania y Moldavia desde hace pocos meses y este trabajo se suma a lo que viene realizando en sus más de 30 años de carrera vinculada al mundo de las relaciones internacionales. El diplomático detalló cómo fueron los inicios de su carrera, qué actividades hace en su día a día y resaltó que no se olvida de Bolívar, su ciudad natal. "Es el despertar a lo internacional, que es todo lo que estoy haciendo ahora", sostuvo.

Alejandro fue designado como embajador de Rumania y Moldavia y reside en Rumania desde hace poco menos de cinco meses. Entre sus tareas más destacadas, trata de aportar con mucho de lo que sucede en el ámbito de la cultura en Argentina, como por ejemplo, la proyección de películas y la música nacional. En su extensa trayectoria, trabajó en temas de promoción comercial, estuvo en el consulado de Nueva York desde 1999 hasta mediados de 2007, volvió a Argentina y se abocó a temas de Mercosur; estuvo en la jefatura de Gabinete y Cancillería, fue embajador de República Checa y también director de Negociaciones Económicas Multilaterales.

"Rumania es un país muy grande dentro de Europa. Hay mucho para ver y para hacer. En cuanto a la tarea, al día siguiente ya estábamos ubicados, prendemos las computadoras y trabajamos con los mismos sistemas que si estuviéramos en Buenos Aires", comentó en diálogo con PRESENTE. 

Alejandro empezó clases de rumano para tener más herramientas con el idioma, que a propósito, sería el sexto en su haber, ya que también habla inglés, portugués, francés e italiano -además del español nativo-. "Es interesante porque la carrera de diplomática tiene la ventaja de que se sigue trabajando para el mismo empleador, pero va cambiando de lugar y de temas. Hay una variedad muy grande: temas políticos, culturales, especializados en pasaportes, visa, asistencia a argentinos, sistemas de culto, de todo. Temas no faltan", indicó.

 

 

Una de las cosas que lo apasionan de su trabajo es hacer cosas distintas permanentemente. En su caso, responde al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, tres ejes importantes en la agenda. "Donde uno vaya uno tiene que tratar de aprender la cultura y transmitir, porque a veces se tienen que adaptar los temas al lugar en donde está. Hay países que tienen cosas en común, por ejemplo en Rumania las zonas agrarias que son equivalentes a lo que sería Argentina.

Entre otras tareas de la embajada, Alejandro enumeró la documentación de argentinos si uno pierde o se le vence el pasaporte; argentinos que están en un hospital y no tienen a nadie que los pueda visitar; argentinos privados de la libertad, entre otras cuestiones.

 

Lo importante que fue Bolívar en su carrera profesional

 

Alejandro fue a la Escuela 1 y luego al ex Colegio Nacional. Se fue de Bolívar en 1984 para hacer el servicio militar durante catorce meses y dio la casualidad de que en su primera licencia, justo visitó la ciudad el día de la histórica inundación de 1985, cuando Alfredo Carretero era el intendente. Al día siguiente, ya partió hacia Capital Federal para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador, y en su segundo año, en simultáneo, estudió Contabilidad en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

"Bolívar me dio todo. Me preparó, pude estudiar idiomas con excelentes profesores. Fui a la Biblioteca Rivadavia, aprendí francés ahí, inglés con varias profesoras. Hasta alemán. Había una señora alemana genial que me recibía todos los jueves con unas tortas alemanas", recordó. Y agregó: "Después la parte internacional: mi papá era radioaficionado, entonces toda mi infancia sentía permanentemente hablar en otro idioma o conversar con gente de otros países. Para mí Bolívar tiene que ver con eso también, el despertar a lo internacional que es todo lo que estoy haciendo ahora".

 

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Alejandro visita Bolívar cada un año aproximadamente ahora que trabaja en el exterior, pero el tiempo que estuvo en Capital Federal solía viajar más seguido. A pesar de la lejanía, está constantemente atento a lo que sucede, a tal punto de que está al tanto del primer caso de dengue no autóctono que se detectó y mencionó las intensas lluvias que se registraron en el distrito días atrás.

"Tiene de todo. Es una ciudad que siempre ha tenido gente destacada y gente que no se acuerda los nombres pero que hicieron a Bolívar. ¿Quién fue el que hizo la parroquia? No sé, pero es una figura inconfundible. Hemos tenido docentes espectaculares, médicos super importantes. Cada uno ha contribuído con algo, todo hace a la ciudad", expresó el diplomático, quien además se acordó de Brenda Sardón, quien en 2022 estuvo en el Mundial de Remo Paralímpico en República Checa, país del cual fue embajador años atrás: "Espero que esta vez me venga a visitar".

 

 

El día que presenció el ataque a las Torres Gemelas

 

En su extensa trayectoria, Alejandro estuvo en el consulado de Nueva York entre 1999 y mediados del 2007, por lo que vivió lo que fue la catástrofe del atentado a las Torres Gemelas. "Para mí fue una circunstancia terrible, pero al mismo tiempo histórica. Y yo estaba ahí. Acompañé a los familiares, recibimos miles de llamados al consulado por argentinos que habían llegado ese día, turistas o que estaban perdidos", explicó.

"Yo estaba en el consulado cuando fue lo del primer avión. Prendimos la televisión y vimos en vivo el segundo. Enseguida empezaron a llamar. Nunca nos imaginamos lo que iba a pasar, habilitamos tres líneas telefónicas. Tuvimos que, sobre la marcha, inventar un esquema", añadió el bolivarense. 

 

La agenda de Alejandro Poffo en la embajada de Rumania

 

Alejandro tiene varios compromisos en su agenda para los próximos días. Entre los más destacados, se encuentra la promoción de la cultura con música y películas, luego de haberse reunido con futbolistas argentinos que están jugando en Rumania como parte de la diplomacia deportiva. "Estamos preparando presentaciones de películas con subtítulos en inglés", precisó. 

 

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Además, una de las cosas que tiene que hacer en carácter de importante es presentar las cartas credenciales para presentárselas al presidente de Moldavia, el otro país del cual es embajador además de Rumania. "Hasta que un embajador no presenta eso, no puede trabajar", explicó.

En última instancia, el diplomático resaltó qué se tiene que tener en cuenta, bajo su experiencia, para poder entrar en este mundo cuya carrera profesional ya supera los 30 años. "Es lo mismo que diría para cualquier otra carrera: ponerle todas las ganas, estudiar e informarse. Hoy en día hay millones de oportunidades que antes no teníamos. A uno le tiene que gustar los temas internacionales, además tiene que estar seguro de que no tiene problema hoy estar acá y mañana en otro lugar del mundo. Y el idioma, que es la esencia de la comunicación, es un básico", subrayó.

 

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