En horas de la tarde del domingo y gran parte del lunes se registraron lluvias de variada intensidad en el partido de Bolívar y los pluviómetros dejaron sus marcas.

Según informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el registro marca que en la ciudad de Bolívar llovieron 30.6 milímetros, mientras que en las localidades de Urdampilleta 20 y Pirovano 14. En Ibarra se reportaron 26 milímetros y en Paula fueron 12. 

Las lluvias cayeron con mayor intensidad en la localidad de Hale, siendo superior a 40 los milímetros, similar a lo registrado en la zona de Vallimanca.

Cuánto llovió la semana anterior

Desde el viernes 12 hasta el lunes 15 de abril por la noche, los registros promediaron la caída de 183 milímetros en Bolívar, 137 en Pirovano, 87 en Urdampilleta, 173 en Hale y 108 en Paula.

Las lluvias en los campos de Bolívar

Con el nivel actual de precipitaciones las zonas rurales del distrito afrontan nuevos escenarios para la producción agrícola ganadera. En ese sentido, la mirada de un experto puede ayudar a orientar a productores que se pregunten cuándo podrán cosechar, volver a cultivar y así también cómo impactará la humectación de los suelos en la cría bobina.

Consultado acerca de los efectos del fenómeno denominado ciclogénesis en los suelos del distrito, el ingeniero agrónomo y técnico asesor de GoAgro y socio gerente de Ceres Tolvas, Álvaro Ducasse, estimó condiciones mayormente favorables para la producción ganadera y delimitó algunas complicaciones para el caso de los cultivos prontos a cosecharse.

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La mayor dificultad la van a tener aquellos productores que cultivaron soja en partes bajas. En cambio, el agrónomo anticipó que el maiz deberá esperar un poco más a que las condiciones del suelo vuelvan a ser las óptimas para ser cosechado.

"Es un período crítico de excesos de precipitaciones. Si llueve mucho, complica la calidad y el tiempo en que va a estar disponible ese grano para cosecharse", estimó.

Por último, Ducasse avizoró un pronóstico con expectativas positivas de cara al inicio de la campaña de invierno, en la que se cultivan trigo y cebada. "Este panorama que dejan las lluvias refuerza un pronóstico alentador de cara al inicio de la campaña y parte de ella. El año pasado no teníamos humedad en el perfil y este año todo indica que habrá una mayor reserva hídrica en el suelo", concluyó.

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