El próximo domingo 22 de octubre Bolívar tendría una elección esperable, en la que dos candidatos compiten por la intendencia y a simple vista uno llegaría con más chances que otro de ganar. Un factor sorpresa, llamado Javier Milei, podría trastocar la composición del Concejo Deliberante y que una tercera fuerza se quede con alguna de las ocho bancas en disputa. El lunes, corrido el velo del triunfo y de la derrota, comienza la otra batalla.

Salvo alguna contingencia de carácter extraordinario, Marcos Pisano logró llegar cómodo a la elección en la que podría revalidar su mandato como intendente y cara visible de un proyecto de municipio que comenzó en 2011, cuando el arrollador triunfo de Cristina Fernández de Kirchner a nivel nacional catapultó a Eduardo 'Bali' Bucca al despacho de Belgrano 11.

Por un lado la comodidad se debe a la oferta que hay enfrente. Para el oficialismo, desde un primer momento estuvo claro que Juan Carlos Morán era la mejor opción para competir. Y si bien el ex legislador nacional y provincial logró llegar a octubre acompañado de referentes partidarios, hay variables -algunas de innegable existencia- que lo podrían complicar: el arrastre de votos de Milei hacia su candidata a intendenta, Patricia Unsain; las heridas lógicas provocadas por una quíntuple interna y una propuesta electoral que no parece conectar del todo con un porcentaje (escaso, pero clave) de los votantes que se necesitan para ganar.

El segundo motivo tiene que ver con un enérgico 'Bali Bucca' que además de senador y candidato a primer concejal, también se puso el traje de jefe de campaña. Aún a riesgo de sobreponer su figura a la del propio intendente, que parece haberse abocado más a la gestión que al proselitismo. ¿División de roles? Si bien resulta difícil determinar cuánto le suma -¿llega 'Bali' a votantes que no elegirían a Pisano?- sí es cierto que mueve la estantería de militantes y funcionarios que quizás no hubieran dedicado tantas horas de caminata si él no estuviera en la boleta.

Pero hubo un tercer factor que no estaba en los planes. En los últimos años Bolívar ha votado en mayor medida a los candidatos nacionales de Juntos por el Cambio que a los del peronismo (hoy Unión por la Patria). Esto ha generado que los candidatos locales del peronismo tengan un piso más bajo que el de su -único, hasta la aparición de La Libertad Avanza- adversario. Ahora bien, si como coinciden la mayoría de los encuestadores, Patricia Bullrich no sería la candidata con mayores chances de ingresar a un balotaje, ¿el piso del que partirían Pisano y Morán podría ser más parejo que en otras oportunidades?

Quien quizás tenga la respuesta a eso sea 'Bali' Bucca, que en las últimas semanas se enfocó en hablar de La Libertad Avanza como si a nivel municipal Patricia Unsain disputara la intendencia. Juan Carlos Morán, para el oficialismo, casi que dejó de ser públicamente un tema de conversación. La funcionalidad de esa estrategia se sabrá recién el domingo por la noche.

La otra batalla

La ansiedad periodística hace inevitable pensar en qué pasará a partir del lunes, según los siempre hipotéticos escenarios. De ganar, el oficialismo parece caminar hacia una fuerte disputa sobre el rumbo de la gestión. Si siendo candidato a primer concejal e intendente interino cada vez que Pisano se tome licencia, en su speach de campaña, 'Bali' ya habla de "errores" de la administración y de cosas que faltan por hacer, todo indica que tendrá un rol más que protagónico en un potencial gobierno de Unión por la Patria.

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Gane o pierda, en la oposición ya hay un claro triunfador y se llama José Gabriel Erreca. El escribano y presidente de la Rural aceptó la oferta de Morán de colocar a los primeros dos candidatos a concejales y a la primera candidata a consejera escolar en su lista. Todos con chances inevitables de ser electos. Como quien dice, se aseguró la bocha.

En cambio, Morán se quedó con el tercer y cuarto lugar de la lista de concejales asumiendo el mayor riesgo a cambio de ser el candidato de la Unión Cívica Radical. Pero si gana, pues, podrá demostrar que -a contramano de lo que creían el oficialismo y algunos referentes de Juntos por el Cambio- era la persona que podía darle a la oposición la posibilidad de volver a gobernar el municipio después de intentarlo durante doce años.