sábado 4 de mayo de 2024

SIN FRONTERAS

Un encuentro con José 'Pepe Marchetti', figura señera del tango bolivarense

A sus catorce años descubrió que le gustaba cantar y comenzó con sus amigos.

Un encuentro con José 'Pepe Marchetti', figura señera del tango bolivarense

A José “Pepe” Marchetti el bichito del canto le picó a sus catorce años. Escuchando tangos y otras músicas descubrió que le gustaba eso de cantar y comenzó con sus amigos: “Pachín” Asín en bandoneón, “Perico” Suárez en acordeón, y Alfredo Figlioli en batería.

“Nos reuníamos y no tocábamos exclusivamente tango, hacíamos un popurrí con folklore y temas melódicos - recuerda Pepe -. Con el tiempo me fui inclinando al tango, no es fácil cantarlo, Edmundo Rivero decía: si vos querés ser un buen artista, un buen cantor, aprendé la letra, buscale el significado y exprésalo bien, que es la forma que la gente te entienda”.

Pepe aprendió a 'frasear', eso de acortar o alargar las frases de un modo personal, escuchando los grandes cantores, siempre de manera autodidacta.

“Me hubiera encantado haber estudiado, pero hubiera sido otra historia en mi carrera de cantor”, afirma Pepe.

La Orquesta Devincenzi fue la primera agrupación formal en la que cantó, luego pasó a Copacabana, allí estaban “Bocha” Crespo, Rodolfo Altuna, Tití Pujol y “Gonzalito” (Ives González) en bandoneones.

“Con Copacabana hacíamos ‘típica y jazz’. Típica eran los tangos, y el jazz en realidad eran cumbias porque era música para bailar - recuerda Pepe -. Luego me llamó Rodeiro, el director de la orquesta Bolívar, que hacía sólo típica y ahí empezó mi carrera como cantor de tango.

 

 

 

En ese momento mis referentes eran Floreal Ruíz, Alberto Marino, Héctor Mauré, ‘Polaco’ Goyeneche, Ángel Vargas, de todos aprendí y coseché lo que a mí me parecía que iba a andar para luego cantar a mi manera”.

A fines de la década del 50 Marchetti debutó en una formación importante: la Orquesta Bolívar. “En esos días una orquesta se componía de varios ejecutantes, teníamos cuatro bandoneones: ‘Titi’ Puyol, ‘Gonzalito’, Devincenzi y ‘Morenito’; dos violines: Woycik y el director de la orquesta, que era Rodeiro; Bajman en contrabajo y ‘Gandolita’ en piano. José Francia había sido el cantante anterior, en esos tres años aprendí mucho”.

Tiempo después “Pepe” tocaría el cielo con las manos cuando ingresó a la Orquesta Rossi (Mario Rossi en piano, Jorge Riccio y “Zorrito” Martínez en bandoneones, Horacio Rossi en violín, Enrique Soria en contrabajo). “Con Enrique tuvimos algo distinto, juntos nos divertimos mucho, y otro amigo de andanzas que tuve fue Ítalo Mosca, que tocaba el saxo - nos cuenta -. En un momento hubo un desacuerdo entre Rossi y Riccio y la orquesta dejó de funcionar”.

Con Ítalo Mosca, “Pepe” integró la orquesta Tropical Star (hacían repertorio de jazz); y luego ingresó a la Orquesta Armonía, dirigida por Bertoldo Álvarez.

 

 

En 1965 “Pepe” dejó de cantar, había contraído matrimonio y sintió que debía cumplir con otras responsabilidades. En esas más de tres décadas de silencio de tango cantó esporádicamente y de manera informal en fiestas hasta que a fines de 2002 Juan Carlos Polito le invitó a participar en un festival. Se conectó con el bandoneonista Abel Álvarez, integrante de Bolívar Tango junto a Rubén Exertier en ese momento. Abel fue una gran influencia, el ‘Gordo’ le enseñó varios ‘yeites’ y le aconsejó ampliar su repertorio, así fue que “Pepe” comenzó a interpretar tangos como ‘Sur’ y ‘Garúa’.

“En ese festival volví a cantar y pude hacerlo en la orquesta de Jorge Soria en algunas fechas, allí conocí a un amigo que me dio la vida: Rubén Exertier. Luego participé en los Torneos Bonaerenses y con Rubén comenzamos a tocar en algunas peñas y festivales”.

En 2018 el Director de Cultura Jorge Fernández convocó a Exertier y Norberto Paolone para realizar un espectáculo de tango, y rápidamente se sumó “Pepe”. El recital en cuestión se tituló ‘Tinta roja’, como el clásico de Sebastián Piana y Cátulo Castillo. El viernes 18 de mayo de 2018 debutó a sala llena en el hall de la Dirección de Cultura el trío Exertier, Paolone y Marchetti, y esa noche quedaron bautizados como Tinta Roja.

“No nos fue del todo mal, pero lamentablemente la pandemia nos paró un poco - cuenta “Pepe” -. La vida me dio muchas cosas, tal vez más lindas que el tango: mis hijos, mi señora, mi madre; pero fue muy grato transitar este recorrido musical, y transitarlo con mucha fuerza, con mucha alegría, a mí nunca me faltaron ganas para cantar”.

 

 

El 10 de junio pasado se presentaron en el Auditorio de la Biblioteca Rivadavia el cantor Marcos Tamborenea junto a Juan Caracoche (teclados) y Rubén Exertier (bandoneón). Tamborenea cautivó a la audiencia con un recital magistral, y “Pepe” fue invitado a participar en esa noche. En el tramo más emotivo del recital cantó ‘Garúa’ y ‘Milonga del corralón’, y luego a dúo con Tamborenea interpretaron ‘Tinta Roja’. El público respondió con un cálido aplauso demostrando su reconocimiento a una de nuestras glorias locales: José “Pepe” Marchetti.

“Me quedó un recuerdo muy grande de ese recital, estoy muy feliz con lo que ocurrió esa noche - reflexiona -. Los artistas, de mi parte entre comillas, cuando estamos arriba de un escenario solo queremos dos cosas: el silencio y los aplausos, si no se consigue se fracasa.

El silencio y los aplausos se guardan bien adentro, yo tendría que habérselo dicho al público porque ellos son parte de nosotros.  Nosotros actuamos, pero el público ayuda con su silencio y sus aplausos a que nuestra actuación sea muy superior a la anterior. La energía que recibís te da la fuerza y te obliga a que todo salga bien para volver a escuchar otra vez los aplausos”.

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