viernes 3 de mayo de 2024

COLUMNA

A 8 años de su partida: el recuerdo de Jorge Soria, una voz fundamental del tango bolivarense

El 21 de abril de 2015 falleció el protagonista del tango local con Bolívar Tango, y un gran difusor del género desde su radio, FM 2000.

A 8 años de su partida: el recuerdo de Jorge Soria, una voz fundamental del tango bolivarense
Foto: Gentileza Lucrecia Soria
Foto: Gentileza Lucrecia Soria

El 21 de abril de 2015 nos dejaba físicamente Jorge Soria, protagonista del tango local con Bolívar Tango, y un gran difusor del género desde su radio, FM 2000Gracias al material musical brindado por José Alberto Riccio y Laura Isabel Cerruiz de Riccio, damos cuenta del nacimiento de Bolívar Tango, ocurrido en 1974 en el Club Racing de Olavarría. 

Jorge comentó alguna vez que les llegó la convocatoria a participar de un recital a beneficio para los damnificados de la inundación en Pehuajó. No sin apuro, se formó un grupo integrado por Mario Rossi en piano y dirección, Jorge Riccio en bandoneón, Humberto Cacho Borzillo en contrabajo, y Soria y Néstor Darino como cantores. Cuando llegó el momento de la presentación el locutor preguntó cuál era el nombre del grupo, y al no obtener respuesta alguna de sus integrantes los bautizó como Bolívar Tango.

Esa noche la flamante agrupación interpretó ‘Ventanita de arrabal’ (Scatasso-Pascual Contursi), con la voz de Soria, ‘Se tiran conmigo’ (Ángel Díaz-Luis Díaz), interpretado por Darino; el instrumental ‘Nostálgico’ (Julián Plaza), y ‘Uno’ (Mores-Discépolo), a cargo de Soria. Al finalizar el espectáculo se organizó una cena que se prolongó hasta las 5:30 de la madrugada, y allí Bolívar Tango cerró la velada con ‘Verano porteño’, de Astor Piazzolla.

 

 

Luego de los fallecimientos de Mario Rossi y Jorge Riccio, la agrupación quedó en pausa hasta 1990 que Soria fue convocado al Canta Pueblo. En ese momento renació Bolívar Tango con Chiqui Sanz en piano, Rulo Scarillo y Tito Lopardo en bandoneones, Carlos Páez en bajo, y Bocha Scarillo en el violín. 

Tiempo después algunos integrantes de Bolívar Tango formaron Tango Seis y fueron reemplazados por Abel Álvarez y Rubén Exertier en bandoneón. Nos cuenta Exertier, que integró la última etapa de Bolívar Tango: “Con Abel éramos dos bandoneones, Toto Moreno en el piano y Carlos Autor en el bajo. A veces venía un violinista de Carlos Casares, Horacio Liberotti, y un bandoneonista de Bragado, Juan Carlos Aguilera. También estuvieron Armando Montalbano, pianista de 9 de Julio, y Oscar Domínguez, bandoneonista de Saladillo. Con Bolívar Tango hicimos toda la provincia de Buenos Aires, una parte de Santa Fe, a Paraná fuimos dos veces; al Festival de Tango de Saladillo; y una vez por mes a Olavarría a Las tardecitas gardelianas en el club El Fortín, donde se bailaba tango, cumbia y folklore. Llegábamos a hacer dos o tres entradas de cuarenta y cinco minutos, teníamos una rutina de más de treinta tangos”.

En el número del 30 de junio de 2011 de la Revista de Archy, Jorge cuenta cómo debutó ‘profesionalmente’ a los doce años. Ocurrió en una fiesta en inmediaciones de la Escuela 8. Amenizaba la velada un grupo que contaba con su hermano Enrique en la batería, en un momento lo reemplazó Jorge, y medio jugando tocó en varios temas. Esa noche lo vio un integrante de la Orquesta Vicente Lozzi, quien días después le estaba solicitando a los padres de Jorge, permiso para ocupar el puesto de baterista en la orquesta. “El sábado fui al baile - recuerda Soria -. Mamá me compró un traje en la tienda Blanco y Negro y fuimos a tocar a San Andrés. Yo iba atrás en la Ford A y en la mitad del viaje nos encontramos con una laguna en medio del camino, al intentar cruzarla caímos en un pozo, estuvimos más de una hora dentro del agua. Llegamos al baile, mis pantalones se secaron, pero quedaron como una tabla por el barro. Esa noche toqué la batería, pero me paspé todo”.  

 

 

Hay varios capítulos en la historia musical de Jorge Soria: integró la agrupación The Masters, tocó el bajo en el Cuarteto de Mario Rossi, con la voz de Néstor Darino. Debutó como cantor interpretando tres tangos en el Club 9 de Julio con el Quinteto Real (Mario Rossi en piano, Chiqui Sanz en órgano, Titi Puyol en bandoneón, y “Mono” Puyol en bajo).

Con motivo del Día Nacional del Tango, el 11 de diciembre, 'Chino' Castro entrevistó a Soria en 2014 para La Mañana: “Es un placer cada mañana hacer el programa porque para mí el Día del Tango son todos los días - declaró-, en ese momento conducía su programa ‘Una cita con el tango’, y remarcó: “El tango es una pasión que crece día a día y no se detiene jamás, porque en sus notas y en sus letras el tango encierra todo el sentimiento que nos toca vivir en la vida, por eso lo disfruto”. Luego, Soria daba cuenta de sus preferencias: “Todos los cantores me han gustado, pero si tengo que citar a algunos, te nombro al “Polaco” Goyeneche, a Alberto Marino, ‘la voz de oro del tango’, a Julio Sosa, a Angelito Vargas, y al “Mudo” Carlos Gardel, que cada día canta mejor”.

 

 

“Bocha” Crespo compartió sus primeras experiencias musicales junto a Jorge Soria: a mediados de los años 50 tocaron juntos en la Orquesta Ramacciotti (“Bocha” en acordeón, Jorge en batería, Cacho Lali en maracas, Toto Moreno en acordeón y Chiqui Sanz en piano), realizando una única actuación en el Palacio Municipal.

“Éramos chicos principiantes, como nuestros maestros tenían mucho trabajo en sus orquestas armaban una orquesta suplente que cubría el resto de las fechas - recuerda “Bocha” -. Había una similitud entre nosotros, los dos comenzamos tocando un instrumento y luego nos hicimos cantores. Al fallecer Rossi y Riccio, Jorgito tomó la posta y pasó a ser el alma máter de Bolívar Tango, supo elegir muy bien los músicos de calidad y se lució cantando.  Hay un tango que él cantaba, y que a mí también me lo pedían, era ‘Amar y callar’, de José Canet y Nelly Omar. Pero desde que falleció Jorge no lo puedo cantar porque me parecía que le estaba robando algo, ese tango era su caballito de batalla, era como que yo estaba usurpando una propiedad privada. Jorge murió y ese tango se lo llevó con él”. 

“Bocha” se despide contando una anécdota imperdible: “Cada vez que iba a Buenos Aires, Jorge iba a ver a su orquesta preferida, la de Osvaldo Pugliese. En una oportunidad vino el Maestro Pugliese a presentarse a un Canta Bolívar. Había viajado en un Ford Fairlane y tuvo un problema mecánico. En ese momento Jorgito tenía una casa de repuestos en la avenida San Martín al 1.100, ¿y cuál fue sorpresa? Que llegó Don Osvaldo a su negocio. Se volvió loco cuando vio ingresar al Maestro a su negocio”.

Las tres hijas de Jorge, a su manera, continuaron con su legado: Malena está al frente de la radio de su padre; Paola es profesora de artes visuales, también canta, pero no lo hace en público; y Lucrecia, la hija mayor, tiene la firme intención de comenzar a cantar tangos acompañada de músicos en vivo. Estuvo un tiempo en La Fase y siempre le andaba ‘rondando’ el tango. En el homenaje a su padre que se realizó en 2016 en el Teatro Coliseo, Lucrecia cantó dos tangos. Tiene grabados dos temas: ‘Milonga de la anunciación’, de Piazzolla-Ferrer, de la obra María de Buenos Aires; y el clásico ‘Gricel’ (Mores-Contursi).

“Creo que escuchaba a mi padre cantar desde la panza de mi mamá, él tenía su trabajo, pero su pasión era el tango y la orquesta - relata Lucrecia -. Cuando salían a los bailes yo iba con ellos, me encantaba acompañarlo. Lo veía arriba del escenario tan seguro, vestido con su traje azul, su corbata bordó, peinado a la gomina, siempre impecable, con sus zapatos que él lustraba. A mí me hacía muy feliz porque lo veía contento, lo tengo grabado en mi retina: cierro los ojos y lo veo parado arriba de un escenario cantando. Tenía una luz especial, una presencia increíble y su voz era cautivante. Mi padre fue una persona que nunca estudió, solo tenía sexto grado. Me contaba mi abuela que a los catorce años se escapaba para ir a tocar las maracas en la orquesta de jazz, después tocó las tumbadoras y la batería. Jamás estudió canto ni música, era talento puro. Disfrutaba de cada actuación, cantaba desde las entrañas, vivió la vida a través de las letras de los tangos y nos dejó un legado maravilloso”.

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