sábado 4 de mayo de 2024

HISTORIAS DE VIDA

Es de Urdampilleta, trabaja hace 8 años en Médicos Sin Fronteras y relató su impactante historia: "Es importante la empatía"

Sebastián García es contador público pero tomó una decisión drástica en su vida al abocarse al trabajo humanitario hasta llegar a la organización Médicos Sin Fronteras, donde trabaja como jefe de misión adjunto. Qué le llamó la atención de este mundo, cuál es su labor, su experiencia más impactante y el añoro a Urdampilleta.

Es de Urdampilleta, trabaja hace 8 años en Médicos Sin Fronteras y relató su impactante historia: "Es importante la empatía"
domingo 14 de abril de 2024

Sebastián García tiene 40 años, trabaja como jefe de misión adjunto en la organización Médicos Sin Fronteras y su vida cambió rotundamente al meterse de lleno en el mundo del trabajo humanitario a pesar de haber estudiado y trabajado como contador público. El urdampilletense vivió muchas experiencias, atravesado por situaciones de desigualdad, pobreza, catástrofes naturales y conflictos armados y contó cómo fue tomar una postura de liderazgo al ejercer otro cargo jerárquico y el hecho de, más allá de estar 100% consciente de transitar esta vida, extrañar la vida en Argentina y en Bolívar.

Las oficinas quedaron atrás: hace más de ocho años que Sebastián decidió dejar de trabajar como contador público y volcarse al trabajo humanitario, algo que siempre le dio curiosidad. Al principio, ingresó a la organización en el área de finanzas, luego fue coordinador de proyectos hasta llegar a ser jefe de misión adjunto. Su primera misión fue en Sudán del Sur, luego estuvo en Mozambique y actualmente se encuentra en México en apoyo a la población migrante que está mayormente en tránsito hacia Estados Unidos.

"Hay cifras muy alarmantes con la cantidad de acontecimientos lamentables que suceden en otras partes del mundo que no permiten que esto sea de algún modo visibilizado, pero son miles de personas que se escapan de sus países por distintos tipos de razones buscando una vida mejor. No es buscar crecer, sino sobrevivir. Nadie se va de su tierra con los riesgos que eso implica si realmente no ve la urgencia o riesgo en muchos casos de morir", indicó Sebastián en diálogo con PRESENTE. La gente va desde países como Honduras, GuatemalaMéxico, donde está actualmente. "Es un recorrido muy peligroso no solo en la salud física, sino mental", dijo.

 

 

 

Sebastián siempre tuvo interés por este mundo. Ni bien se recibió de contador, se sacó la visa para aprender inglés, pero como no se llevaba muy bien con los estudios se fue a vivir un tiempo a Irlanda. "En mi época, en un pueblo tan pequeño, a los 17 años no tenés esa visibilidad de las posibilidades que podés hacer. Entonces decidí hacer una carrera tradicional que por supuesto me gustaba, pero recorriendo, conociendo personas y viajando, volví de esa experiencia en Irlanda que me abrió la cabeza", expresó. A partir de ahí, realizó algunos voluntariados en Capital Federal y con el tiempo se dio cuenta que disfrutaba mucho más eso que el trabajo en oficina. Cuando lo llamaron de Médicos Sin Fronteras, no lo dudó y aceptó.

Si bien es un trabajo que lo apasiona y que es feliz haciéndolo, también es consciente de los riesgos que se corren: normalmente pasa su vida en Argentina desde enero hasta fines de marzo y el resto del año trabaja donde le toque. "El tiempo que uno pasa afuera dificulta las posibilidades de formar una familia. Claro que es una situación que no me es indiferente. Presto atención y también lo tengo en cuenta para ver qué haré los próximos años. Esto me apasiona y tiene su costo: no ver a mis padres, mis sobrinos, mis amigos", precisó Sebastián.

 

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Cómo es su trabajo de jefe de misión adjunto

 

Su labor actualmente, que es la de jefe de misión adjunto, implicó, por ejemplo, liderar un equipo de alrededor de 200 personas. La intención es apoyar a los coordinadores que están en cada sitio, guiarlos, acompañarlos y enseñar para el objetivo común que tienen. Para llevarlo a cabo, requirió de un fuerte trabajo interno. "No he intentado esquivar las cosas que he tenido que mejorar. He sido siempre tímido, nunca me imaginé que iba a tener que hablar delante de muchas personas, guiar equipos, y lo he enfrentado pasando muchas dificultades. Siempre tenemos cosas por mejorar y es lo lindo de este trabajo", expresó. "Me gusta el liderazgo a través del ejemplo, del trabajo, acompañamiento, no de las decisiones simplemente por la posición que a uno le dan, sino explicando por qué hacemos lo que hacemos y dentro de todo ha ido bastante bien", agregó.

 

 

Cuál fue una de las experiencias más impactantes que le tocó vivir

 

Una de las experiencias más impactantes que le tocó vivir fue en Sudán del Sur, África, en 2022, ya que en esa misión pasaron circunstancias en un periodo corto de tiempo que les demandaron mucho trabajo desde conflicto armado, inundaciones, brotes de varicela en un lugar donde hay poca cobertura de vacunación, entre otras cosas. "Llevamos clínicas móviles por el Río Nilo a comunidades muy aisladas. Todo nuestro equipo en lancha, formando a personas de estas comunidades. A veces no es solo atención médica, sino que pensamos en el largo plazo y capacitamos en cosas básicas. Pasó de todo y me sentí muy orgulloso porque el equipo hizo un buen trabajo, respondimos lo mejor que pudimos y es uno de esos años que no me lo voy a olvidar", recordó.

 

 

Frente a todo este tipo de situaciones que generan un desgaste y estrés a pesar de la felicidad del trabajo concretado, Médicos Sin Fronteras hace mucho hincapié en la salud mental no solo a las víctimas, sino a quienes realizan estos trabajos. "Se ocupan mucho. Consideramos muy importante como parte de la salud de una persona y también para el personal. Tenemos una unidad psicosocial las 24 horas para nosotros para cuando tenemos situaciones que realmente nos sobrepasan. También parte de nuestra responsabilidad es que nuestro personal esté bien, es un trabajo muy demandante. Inclusive las personas que están acostumbradas a la guerra o a ver lo que pasa, te puedo asegurar que llega un momento que los sobrepasa e intentamos estar cerca, acompañar, y me incluyo: que me acompañen", detalló.

 

Qué extraña de Argentina

 

Sebastián tiene los mejores recuerdos de Urdampilleta y con el pasar de los años extraña cada vez más. De hecho, reveló que envidia la rutina, algo de lo cual años atrás se escapó. "Cada vez que llega el momento de tener que irme, que lo elijo al 100%, pesa un un poquito más. Hace cinco años que no paso un invierno en Argentina y nunca me gustó, pero no sabés las ganas que tengo", manifestó. Más allá de que año a año se pregunta si está contento y feliz con lo que está haciendo y la respuesta siempre es que sí, piensa en un futuro dejar esta dinámica de trabajo y de vida para volver a la Argentina y continuar haciéndolo en el país. "Tengo amigos que me dicen 'no te tenés que ir tan lejos para poder ayudar' y es totalmente cierto. Yo que tuve la posibilidad de ver situaciones de emergencia realmente graves, en general en nuestro país estamos lejos de eso, aunque por supuesto con cosas por mejorar. El día de mañana puedo decir 'ya no quiero viajar tanto' y buscar la manera de hacer esto en nuestro país y estoy seguro de que existe cómo hacerlo", profundizó.

 

 

La reflexión de Sebastián frente a tantas situaciones de emergencia en el mundo

 

A lo largo de estos años de trabajo humanitario hasta llegar a Médicos Sin Fronteras, registró decenas de situaciones de emergencia como desnutrición, falta de acceso a agua y a la comida, entre otras cosas. Eso lo llevó a tener una cruda reflexión personal vinculada a la falta de visibilidad de muchas cosas que pasan en el mundo. "En nuestro contexto, por el lugar en el que estamos y con nuestras propias problemáticas para bien o para mal, nos llega bastante poco. Nos centramos en las atrocidades que suceden en Gaza, Ucrania, pero hay más Ucranias", consideró Sebastián. Y añadió: "Son ciclos que he tenido la posibilidad de ver en diferentes momentos y tristemente se repiten, creo yo, por ambiciones de poder, por muy poca empatía de las personas que gobiernan en las consecuencias que tienen en sus poblaciones. El futuro lamentablemente no pinta bien, hay mucha ambición de mostrar liderazgo. Estamos mejor que hace 50 o 100 años, es una realidad. Más allá de lo que uno ve que sucede, es innegable. Pero las necesidades siguen siendo gigantes en determinados lugares. El acceso a la salud es un derecho universal al igual que el derecho a alimentarse, entonces mientras podamos vamos a estar ahí". 

 

 

En última instancia, dejó en claro que cualquier persona puede hacer este tipo de trabajo más allá de la profesión que haya elegido, como es en su caso, que se recibió de contador público. Incluso hace falta más gente. "Desde mi punto de vista, lo que uno tiene que sentir es que no te tiene que ser indiferente el sufrimiento de las personas. Es importante la empatía. Siempre siento que el balance es que recibo muchísimo más de lo que doy. Personas increíbles, vivencias, idiomas nuevos, cultura, música, vestimentas, es infinito. Y las necesidades son super severas", concluyó. 

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