Como hacía tiempo no pasaba en el país, el radicalismo estuvo en boca de todos luego de caer la Ley Ómnibus en el Congreso de la Nación. Pero principalmente, estuvo en la del presidente de la República, Javier Milei, quien calificó a varios de sus legisladores como "traidores" por no acompañar su proyecto y hasta les profirió insultos.

Los diputados Aguirre, Polini, Reyes, Tetaz, Cobos, Antonal, Arjol, Barletta, Benedetti, Brouwer de Koning, Carbajal, Carrizo, Cervi, Cipolini, Coletta, Coli, Galimberti, Giorgi, Juliano, Manes, Quetglas, Rizzotti, Sánchez, Sarapura y Tavela estuvieron en el ojo de la tormenta por ser 25 de los 34 legisladores de la Unión Cívica Radical (UCR) que plantearon su desacuerdo, a priori, con uno de los capítulos de la Ley Ómnibus.

Esto no parece haber conmovido demasiado a un histórico radical de Bolívar, con tres décadas de militancia al interior del centenario partido. Luciano Carballo Laveglia, por caso, eligió mostrarse en disidencia con la decisión que tomaron aquellos representantes de su espacio que no acompañaron a Milei el último martes. "Yo creo que generalizó demasiado el Presidente, no todos se comportaron de la misma manera", sostuvo en diálogo con PRESENTE.

"El partido tendría que haber acompañado. No estoy de acuerdo con que no acompañó a pesar que tuvo algunas reticencias con algunos puntos de la ley. Era el momento del cambio en algunas cosas", consideró Carballo Laveglia.

Para el concejal de la UCR en Bolívar, en síntonia con el legislador radical cordobés, Rodrigo De Loredo, fue "una lástima" que se cayera la ley pero entendió que "así es la democracia y hay que aceptarla".

"El país debe continuar, quizás con algunas medidas que se puedan tomar sin pasar por el Congreso y otras que tendrán que pasar y ser tratadas como se debe", agregó y se mostró de acuerdo con que en Argentina haya una reforma laboral y en desacuerdo con que el presidente tenga superpoderes.

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Consultado acerca de las fracturas sufridas por la ex coalición Juntos por el Cambio a nivel nacional, Carballo Laveglia analizó que "en los municipios ya se está dando" pero opinó que llevar a cabo divisiones "es muy apurado, hace dos meses que asumió el gobierno".

La realidad de Bolívar, en el lente del concejal

"La ciudad es un desastre. Sucia, rota por todos lados, desmejorada, no mantenida. Siempre dije que este [por el de Marcos Pisano] era un gobierno de simulacro: inaugurar es fácil, lo difícil es mantener", dijo.

Por otra parte, mencionó que el municipio "no pagó todas las horas extras al personal de los hospitales de Urdampilleta y Pirovano" y que "hay centros de atención primaria de la salud que no tienen agua potable".

Así mismo, aseguró que la comuna mantenía "una deuda de más de 800 millones de pesos con proveedores y en aportes previsionales", una situación financiera que consideró preocupante.

"No estoy de acuerdo con que haya recortes en el gasto público, pero si no tienen plata van a tener que recortar por algún lado. Lamentablemente, nunca recortan donde hay que recortar", agregó.

Para el concejal, un principio de solución y orden debe ir por la reducción de treinta cargos políticos que, dejando de existir, no modificarían sustancialmente el funcionamiento del municipio. Además, advirtió que había empleados "que cobran sueldo y no van a trabajar" o que "trabajan a medias".

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