"Vos fijate el palo que me di y el casco (me dijeron) sólo tiene un pasto clavado", cuenta la joven Ayelén Tomassi desde una sala del hospital Capredoni que la acobijó luego del drástico accidente que sufrió, a principios de abril de este año, mientras regresaba de un encuentro de motos en la ciudad de Azul.

El 9 de abril a las 8 de la mañana Ayelén amaneció en Azul, desarmó la carpa, juntó sus cosas, preparó la moto Honda Titan 150cc y emprendió regreso a su ciudad, Bolívar, donde su familia la esperaba para pasar el domingo de Pascua. "Quería llegar a almorzar y me vine sola", relata, a tres meses de haber perdido el control del rodado y chocar contra un guardarrail en la autopista Azul-Olavarría.

Recuerda que al momento de accidentarse fue significativa la cantidad de personas que la auxiliaron. Estuvo consciente en todo momento: "Me fue a buscar una ambulancia de Olavarría, me hicieron todos los estudios en esa ciudad y desde Bolívar movieron todo rápido para que me pudieran trasladar a la terapia intensiva de hospital Italiano, al que no es fácil que te trasladen".

Fueron más de 40 días los que Ayelén permaneció internada en la ciudad de La Plata y tuvo que afrontar muchos gastos. En ese lapso de tiempo se vio rodeada de solidaridad ya que recibió ayuda económica de muchos ámbitos que le permitieron solventar su estadía y la de su familia.

Al momento en que fue trasladada a la ciudad de Junín ya le habían hecho una traqueotomía. "Yo ya me quería rehabilitar, me sentía dentro de todo bien. Pero el tema se agravó cuando fui a la clínica de Junín. Me agarré un bicho tras otro y retrocedí. Por eso me vine a Bolívar, acá mis compañeros me atienden muy bien, me tienen como una reina", dice, entre risas. Ayelén pertenece a la planta laboral del hospital Capredoni y cumplió tareas de limpieza hasta el día que tuvo el accidente.

Las piernas y su vínculo con Brenda Sardón

"Tal vez en un futuro pueda volver a caminar, o tal vez no. Lo estoy empezando a asumir. Los médicos me dijeron que no perdí todo el líquido de la médula y eso puede dar algunas esperanzas. Siento hormigueo en las piernas y se mueven solas, eso es buena señal", cuenta Ayelén. Reconoce que comienza un desafío en su vida y que su familia tendrá que adaptarse. De movida necesita cambiar de casa, la actual no está acondicionada para una persona en su condición. Y por otro lado, como menciona, "ver las cosas de manera diferente". 

Tras el accidente, Ayelén comenzó a mensajearse con la remera bolivarense y figura a nivel mundial, Brenda Sardón. "Necesitaba sus consejos. Ella dice que no tuvo qiuén la ayude en lo que le tocó atravesar y que es bueno tener con quién hablar. Siento que si no puedo volver a caminar, me tendré que acostumbrar a esta vida", sostiene.

Está decidida a comenzar con la rehabilitación. "Toda mi vida hice deporte: atletismo, básquet, handball, bicicleta y gimnasio. Imaginaste, estar en una cama y no poder hacer deporte me desespera", relata y anticipa que la próxima disciplina será natación.

Una vida en moto y siempre con casco

Hace tiempo que Ayelén perdió la cuenta de cuántas motos tuvo a lo largo de sus 31 años. Sí recuerda de la primera que tuvo: una Zanella 70cc modelo 2010. "Fue mi primera moto, me la compré a los 17 y sola, porque mis viejos no me la podían comprar. Despés tuve varias Tornado, Twister, CG. Siempre usé casco, eso lo quiero remarcar".

Cuenta la joven bolivarense que estuvo a punto de hacer una campaña de concientización para el uso de casco. Según dice, porque en Bolívar "conozco a todos los que tienen moto". Y si bien el accidente postergó el proyecto, asegura que lo va a hacer: "Vos fijate el palo que me di y el casco, me dijeron, sólo tiene un pasto clavado. Si no lo hubiese llevado puesto, no estaría acá".