Un 30 de marzo de 1996 se producía un hecho de alto impacto en la región y que puso en vilo, principalmente, a la ciudad de Olavarría. El motín de Sierra Chica, como se lo bautizó en los medios de comunicación de todo el país que cubrían con asombro los sucesos en el interior bonaerense, marcó un nuevo capítulo en la historia criminal argentina.

Apodados como "Los doce apóstoles", un grupo de detenidos en la Unidad Penitenciaria N° 2 de Sierra Chica intentó escapar durante la Semana Santa escalando un muro con escaleras rudimentarias y algunas armas, blancas y de fuego.

Si bien la fuga fue frustrada en un principio por los oficiales penitenciarios, el clima pabellones adentro era un caldo. Frente a la imposibilidad de escapar, los internos iniciaron un sangriento motín que duró ocho días y se cobró la vida de varias personas.

Por esos días los apóstoles asesinaron a ocho presos y tomaron de rehenes a otras diecisiete, de las cuales trece eran penitenciarios, tres religiosos de la orden Testigos de Jehová, una jueza y su secretario.

Tras intentar cavar un túnel desde el taller de carpintería de la cárcel y no tener éxito, decidieron entregarse con la condición de ser trasladados a la cárcel de Caseros, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), de la que quisieron fugarse semanas después, reseñó el diario Clarín.

Como final de historia, los doce apóstoles fueron detenidos y el 10 de abril del año 2000 se dictó sentencia por los crímenes durante el motín. Hubo seis condenas a prisión perpetua, ocho a quince años de prisión y cinco absoluciones. También hubo condenas que fueron desde los catorce años hasta los seis meses de prisión.

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