A raíz de la noticia que movilizó a Bolívar el último viernes, sobre un allanamiento en una vivienda en la que pudo corroborar la existencia de animales enjaulados sometidos a maltrato, en las redes sociales se vio un claro repudio hacia el responsable. ¿El caso quedará solo en el enojo social o habrá intervención de la ley para llegar a un fin justo? ¿Se trata de una mala práctica que se puede erradicar ante la falta de contribución?

Según se pudo ver en las imágenes difundidas por la Sub DDI local, el patio de la casa ubicada en la calle Viamonte, entre Palavecino y avenida Tres de Febrero, se asemejaba a un criadero de explotación, crueldad y maltrato hacia los animales.

Entendiendo que el maltrato no solo implica la violencia física, sino también el descuido, el abandono, la falta de controles sanitarios, óptima alimentación y atención, las nueve perras y el único perro de raza Chihuahua, como así también las publicaciones en el perfil de Facebook del morador de la casa allanada, dan cuenta de esta afirmación.

Incluso el posteo en la red social fue considerado como prueba recabada al momento de la denuncia, ya que describe las características de los animales y un número de teléfono en un acto explícito de intención de comercialización.

Además, las mismas declaraciones de los agentes policiales manifiestan la realidad en la que vivían los animales que hallaron encerrados en espacios reducidos, “con ventilación insuficiente, en unas condiciones sanitarias y de higiene inadecuadas”.

La primera medida fue de constatación y de secuestro. El comisario Ezequiel Luna explicó en diálogo con PRESENTE que la condición del propietario de la casa es imputado por infracción a la Ley de Maltrato Animal y el proceso judicial seguirá en base a los canes ya que fue la causa inicial que llevó al allanamiento.

Pero también, se le inició otra acción legal por faltar Ley 22421 por la tenencia de un loro de especie Amazona aestiva. En este caso, el tráfico ilegal es un delito relacionado con el maltrato animal que en Argentina tiene una legislación específica sobre Conservación de la Fauna Silvestre.

Se trata de una figura penal aunque la pena es excarcelable. Entonces, ¿qué pasará con la persona? ¿Podrá volver a armarse de un criadero en el patio de su casa? ¿El repudio social que tuvo en las publicaciones de la noticia y las imágenes difundidas bastarán para que no tenga con quien comercializar animales desde la ilegalidad?

Argentina es considerado un país ejemplar en Latinoamérica ya que en 1954 se sancionó la Ley 14.346 de 'Malos tratos y actos de crueldad hacia los animales', popularmente conocida como Ley Sarmiento. La normativa contempla condenas de 15 días a un año para quienes infrinjan algún tipo de maltrato a los 'seres no humanos', como se denomina a los animales. Si bien esa legislación fue vanguardista por la época en la que se promulgó, actualmente es insuficiente ya que no refleja todos los cambios socioculturales que se dieron de ese tiempo a esta parte.

De todos modos, desde la sanción de la Ley Sarmiento, a los animales se los denomina como víctimas y no como objetos que se utilizan para satisfacer a las personas. Son seres que sienten y que tienen derechos. Todo esto lo incumple una persona responsable de un criadero pero también quienes contribuyen a ese negocio.

Más allá de la crueldad y la explotación, el maltrato en los lugares donde se reconoce a un animal como un objeto reproductor para generar ganancias radica también en la carencia de socialización y la falta de afecto.  

En ese sentido, contribuir con la comercialización animal tiene las mismas consecuencias negativas ya que no solo habilita la perpetuación de los criaderos, sino también la crueldad hacia los animales, el fomento de prácticas insostenibles, el apoyo a la explotación animal y el riesgo de extinción de especies.

 

 

 

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En el caso de los perros, es esencial apoyar la adopción responsable y el cese de la explotación en criaderos, dos de las causas que desde la Sociedad de Amigos Protectores del Animal Abandonados (SAPAAB) militan fervientemente y lo llevan a la práctica con diferentes iniciativas, una de ellas es brindar jornadas de castraciones masivas para prevenir el abandono.

En tanto, con las aves exóticas, es importante promover la conservación y protección de las especies en lugar de comercializarlas, sacarlas de su hábitat natural y privarlas de una vida en libertad.