No se entiende cómo, habiéndose cumplido varias horas del paso de la tormenta por Bolívar, todavía haya barrios con calles completamente inundadas. ¿Será desidia o mera falta de creatividad para resolver un problema que le complica la existencia a una porción de la comunidad? Sea cual sea, lo cierto es que la sociedad no votó ninguna de esas dos opciones.

Pareciera que hay funcionarios municipales que todavía no salen de la sorpresa de que Javier Milei será el próximo presidente de la Nación y quedaron inmóviles al saber que no tendrán el acompañamiento económico deseado para gestionar. O lo que sería más grave: ¿Especularán con si seguirán o no en el cargo a partir del 10 de diciembre, cuando Marcos Pisano asuma su segundo mandato como intendente electo?

Orillando las 17 horas de este miércoles, el barrio Palermo de Bolívar todavía registraba una acumulación de agua en sus calles al nivel del cordón. No se podía transitar a pie, en bicicleta ni en ningún vehículo ya que, además, varias de sus calles siguen siendo de tierra. Pero ningún funcionario lo vio, no lo quiso ver o, si lo vio, no quiso hacerse cargo.

Desde hace tiempo la interna "balipisanista" es un pasamanos de problemas en el que unos no se hacen cargo de su deber y otros le echan la culpa al de la oficina de al lado. Tampoco faltan los que ponen palos en la rueda y no le frenan un problema al intendente, al que muchas veces le desconocen la autoridad que el pueblo le dio.

Ni hablar de los que no colaboran en nada cuando -se sabe- gozan de tiempo libre al punto de tener un segundo trabajo o crear su propio emprendimiento. ¿Compañerismo? ¿Servicio a la comunidad? Para ellos la política no es otra cosa que un empleo fijo y la aspiración de quedar en la planta permanente, y encima lo hacen mal.

La sociedad optó, en su mayoría, por revalidar el mandato de Marcos Pisano al frente del municipio pero no fue un cheque en blanco. Sobre todo si se tiene en cuenta que otro tanto no lo eligió por diferentes razones, algunas de ellas, vinculadas a la gestión deficitaria en áreas de mantenimiento y servicios.

Seguir leyendo: Preocupación por los accidentes: "Son la punta del iceberg de un problema de convivencia urbana"

El hecho de que haya funcionarios que no pueden garantizar "lo mínimo" resolviendo problemas con las herramientas que tienen a mano pone en dudas, por un lado, su capacidad técnica; mientras que por el otro hace preguntarnos si de verdad tienen ganas de seguir sirviendo al prójimo o si lo mejor sería que den un paso al costado.