El asado en Argentina es, muchas veces, el termómetro de una economía familiar. La clásica reunión familiar los domingos al mediodía, o la parrilla con amigos, son parte de los deleites que los argentinos se dan y configuran no sólo su alimentación sino también su cultura. Sin embargo, los últimos años han sido dificultosos al momento de acceder a este producto a raíz del aumento de la inflación y consecuente pérdida en el poder adquisitivo del salario.

En diciembre de 2015, al momento de asumir como presidente de la Nación, Mauricio Macri tenía en sus manos el rumbo de un país con el clásico corte argentino, el asado de tira, a $112,09 el kilo según información del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna a partir de relevamientos en carnicerías del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Las cifras son públicas y se puede acceder a ellas haciendo click en el enlace.

Al final de su gobierno, en diciembre de 2019, el mismo producto llegó a valer $290,47, por lo que el incremento en términos porcentuales fue de casi un 260%. En aquel entonces, Macri había perdido la elección presidencial con el actual jefe de Estado, Alberto Fernández, quien durante su campaña difundía un particular spot vinculado al asado.

"La verdad que empezar a perder esas cosas... Y no estoy hablando de comida. Hacer un asado era algo más, era invitar a tu casa a tus amigos, reir un rato. ¿Para qué laburamos si no? Lo bueno es que dentro de un tiempito todo esto va a mejorar", profesaba el video que la entonces alianza Frente de Todos difundía en su búsqueda por llegar al gobierno.

Pero la promesa de Fernández lejos estuvo de cumplirse. Por el contrario, durante su etapa como jefe de Estado el kilo de asado de tira llegó a valer al cierre del mes de octubre alrededor $3.000, lo que representó una suba cercana al 1000% en casi cuatro años.