La viralización de un fragmento de la transmisión en vivo del sorteo público de lotes con servicios y viviendas en Bolívar, el pasado lunes 24 de julio, provocó un sinfín de comentarios en las redes sociales que sembraron dudas sobre la transparencia del acto en el que hubo alrededor de 2 mil personas presentes y tres cámaras de video que filmaban el minuto a minuto para otras mil que lo seguían de manera online.

Luego de casi tres horas de sorteo llegó el momento del lote con servicio N° 62, de los 104 que estaban disponibles dentro del Grupo 3 de beneficiarios. El escribano público a cargo del sorteo, Ariel Pacho, toma lo que a simple vista era un cupón de la mano de un niño que lo había retirado de la cuponera; lo mira, hace movimientos con sus dedos, vuelve a introducirlo a la cuponera y saca otro.

Según se dice en el fragmento del video mencionado, cuyas voces no identificadas hablan por encima del audio original de la transmisión, Pacho "leyó" el supuesto cupón (si, en singular). Entonces, ¿el escribano no sólo leyó el cupón antes de sortearlo sino que además "desestimó" a la o el postulante y optó por tomar otro cupón? De acuerdo al video que se compartió más de 500 veces en Facebook y quién sabe cuántas otras en WhatsApp, Instagram y Twitter, podría decirse que si.

Al observar detenidamente la transmisión de audio y video originales, en el minuto 02:41:08 la locutora del evento expresa la frase "salían dos" apenas el escribano devuelve lo que inicialmente el niño le entregó y saca, por cuenta propia, otro cupón (¿Uno nuevo? ¿Uno de los dos? No se sabe). Traducido: que había dos cupones "pegados". Más adelante, en el minuto 02:41:42, se oye a Pacho pedirle al niño que revuelva "de abajo, de abajo" la urna, frase que luego refuerza la locutora: "Revuelva de abajo, uno solo", cuando ya era el turno del 63° lote con servicio a sortear.

Parece un mero detalle pero el audio original de la transmisión cambia el ángulo de análisis de la situación. Al momento en que la locutora, por el altoparlante, expresa que había dos cupones, el escribano no lo negó sino que continuó con el sorteo. ¿Qué es eso sino dar fe pública, por omisión, de que efectivamente había dos cupones pegados?.

Ahora bien, la responsabilidad del escribano. ¿Qué otra cosa que no fuera devolverlos a la urna y sacar otro debería haber hecho? ¿Optar por uno de los dos? ¿Frenar el sorteo y labrar un acta? Son respuestas que, en todo caso, debe dar el profesional al que el Estado le delega la responsabilidad en este tipo de actos.

No son las redes sociales ni los medios de comunicación los espacios para dar veredictos. Por el contrario, esta nota intenta aportar algunos elementos más que los que se ven a simple vista en un video tomado de otro video, sin audio original y con comentarios que no son objetivos. En todo caso, es la Justicia la que debe recibir denuncias de aquellos vecinos que crean que fueron perjudicados y determinar si el profesional cometió o no un error en su proceder.