En medio de un contexto complejo para los productores agropecuarios, un estudio realizado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral revela que el 74% piensa que su situación para los futuros meses será mejor que la actual.

El Índice de Confianza en su edición de mayo, medido por el Ag Barometer Austral, indica una considerable mejora con respecto al mes de marzo, con un aumento del 21%. Esta suba se basa en el aumento del valor de las Expectativas Futuras, que marca un alto índice, que no se daba desde julio de 2019. 

De todas maneras, el estudio realizado también indica que el Índice de Condiciones Presentes ha marcado un claro deterioro en su medición, tanto en comparación con el mes de marzo como en la estadística interanual. 

Cabe destacar que los principales desafíos y preocupaciones para los próximos doce meses son el clima y la incertidumbre política, ya que se aproximan las elecciones y podría haber cambios rotundos en las medidas y condiciones que influyen al sector. 

El informe consiga que “un 74% de los productores piensa que su situación será mejor que la actual, en gran parte apoyados en las favorables condiciones climáticas que se prevén para la campaña de trigo 2023/24, cuyas estimaciones son una producción de 16 millones de toneladas (un 40% más de lo que fue la cosecha 2022/23)”. 

A qué se debe la marcada diferencia entre los índices

En principio, las Condiciones Presentes reflejan los malos resultados de la campaña reciente, afectada directamente por la sequía, que impactó en los niveles de producción y en el ingreso de los productores y actores restantes. En tanto que, los próximos meses se ven con mejores expectativas, por la situación que se presenta en cuanto a la venta de soja y a un “financiamiento adicional, que ha traído alivio dentro de una situación de estrechez financiera”. 

Carlos Steiger, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, realizó una explicación sobre este marcado positivismo: “Las favorables condiciones en que se está desarrollando la siembra de trigo, con una producción estimada por la Bolsa de Comercio de Rosario de 16 millones de toneladas y un incremento estimado de 1.300 millones en las exportaciones, representará una importante inyección financiera para fines del 2023 y comienzos del 2024”.

De todas maneras, el factor del clima continúa siendo la principal preocupación, a pesar que los pronósticos de lluvias son favorables. “Se necesitan precipitaciones muy abundantes para recuperar perfiles de humedad y es muy reciente el enorme impacto de la sequía”, explica Steiger.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es la incertidumbre política, ya que según indica el investigador: “Es muy confuso el panorama en las principales coaliciones y tampoco se conocen propuestas concretas con relación a las políticas agropecuarias, en lo referido a retenciones, unificación del tipo de cambio, baja de la presión impositiva y otras políticas que asfixian al sector y necesitan una urgente revisión”.