María Eugenia López comenzó su interés con un tema curioso como lo es la vida después de la muerte cuando era una niña. Con el correr de los años, se fue interiorizando más, estudió y trabajó con casos que la impactaron. Actualmente, no sólo desempeña sus actividades como investigadora paranormal, sino que da cursos de reiki, autoconocimiento, autodefensa psíquica, además de ser recomendada por distintos profesionales de la salud gracias a sus actividades. 

"No tengo un antes y un después, lo mío es desde siempre", expresó Eugenia en diálogo con PRESENTE, dando por sentado que desde que tiene uso de razón que se vincula con estos temas. Lo primero que recuerda es que le gustaba todo lo referido a lo paranormal y "sabía que había algo más que lo que se ve".

"Yo veía luz alrededor de las personas y en otros casos sombras. Supe que por ahí era lo mío. De hecho era chica y jugaba a las Barbies mochileras cazafantamas", recordó entre risas. Antes de cumplir 8 años, se mudó desde Pergamino hacia Bolívar, donde actualmente reside. Si bien era muy chica, expresó que con una amiga suya encontraron revistas sobre esoterismo y cultismo siendo lo primero que tuvo para leer. "Las abuelas me contaban cosas pero no podía hacer nada más porque era chiquita", precisó.

Ya en la época del secundario donde tuvo acceso a libros de la inquisición y "todo lo paranormal que encontraba", sabía sobre la vida después de la muerte, regresiones, hipnosis, meditación, limpieza de casa y de personas, pero no había estudiado aún en ningún lado. "Quise estudiar psicología porque dije que no me iba a ser fácil un lugar para estudiar eso. Estuve un año, me gustaba pero no era lo mío, así que lo dejé", contó. Allí fue cuando se fue a vivir a Capital Federal y La Plata y se capacitó académicamente durante ocho años.

A partir de ahí, intensificó sus saberes: en el año 2004, supo consolidar la investigación paranormal para psicología científica, metafísica y técnicas de masajes. Luego comenzó a viajar a Bolívar para atender distintos casos y también enseñar hasta que se mudó definitivamente. La nacida en Pergamino brinda cursos de autoconocimiento, autodefensa psíquica, flores de Bach, diferentes niveles de reiki, regresiones, jiatsu, runas, terapias vibracionales, terapias del dolor, entre otras cosas.

En Bolívar se hizo conocida la famosa combi ploteada que ella llamó "Espectro" y utiliza para hacer viajes en torno a la investigación paranormal. "Iba a quedar la camioneta lisa, pero cuando la traje, el tema fue que pasaba por la escuela de mi nena y me miraban con recelo", dijo. Es por eso que le puso "Centro Magma - Investigación Paranormal" y la mirada fue más de curiosidad que de miedo. "Cuando ando en Bolívar con la camioneta no ando haciendo nada panormal, y si tengo que hacer algo, lo hago caminando, porque respeto la privacidad de la gente. Imaginate que freno en cualquier lado y sacan fotos, me mandan '¿qué estás haciendo?' No hago nada más que un mandado. La camioneta es cuando salimos de la ciudad", aclaró.

Si bien tuvo un sinfín de críticas por estas prácticas, Eugenia dijo que le da mucha energía e impulso los mensajes alentadores. "La mayoría de las personas que atendés o enseñás te mandan o recomiendan, te dicen lo bien que le hizo. Me han dicho con el curso de autoconocimiento que fue un antes y un después. Eso te impulsa a seguir trabajando y ya dejás de escuchar tanto a los que te tiran mucho odio. Si algún día dejara de trabajar, igual seguiría estudiando, investigando, capacitándome", manifestó. 

La experiencia paranormal que más le impactó

Eugenia no solo trabajó con experiencias paranormales de gente de Bolívar, sino también de ciudades como 9 de Julio, Olavarría, Tandil, Necochea, La Plata, Capital Federal y una ciudad de la provincia de Santa Fe. A veces le escribían porque la gente festejaba cumpleaños y en las fotos aparecían sombras de personas que no habían sido invitadas. Además, una chica oriunda del sur del país se contactó con ella porque sufría agresiones, golpes, entre otras cosas, sin explicación alguna. "Llega por mí por medio de una alumna en común. La atendí hasta que fuera aplacándoseeso. No me llaman por un dolor de cabeza crónico, me llaman cuando el colchón anda corriendo por tu casa", soltó. 

A pesar de la infinidad de llamados que tuvo, su experiencia más impactante fue en Bolívar. "Me llama una persona diciendo que había estado probando un celular, eran los primeros que tenía para grabar. Lo prueba con una amiga en una charla y sale la voz de otra persona agrediéndolas. Me llamó aterrada y para cuando yo logro atenderla, ya pasaban otras cosas", recordó sobre artefactos tecnológicos que se prendían solos, luces que se prendían y apagaban y siluetas caminando.

Por tal motivo, comenzó a trabajar con este caso y ocurrió un hecho que la descolocó, ya que hizo unas preguntas y le contestaron. "Escuchar la voz de lo que andaba ahí adentro amenazándome fue impresionante", dijo. Le llevó dos meses armonizar el lugar y tiempo después, quedó impactada: "Me tomé un tiempo de descanso".

El repudio de la gente por su trabajo como investigadora paranormal

Si bien actualmente considera que hay una muy buena aceptación de la gente por abrirse el abanico a ciertas temáticas, al principio no fue nada fácil. "Tuve muchas críticas, pasaron muchas cosas, me tiraban con cosas afuera de mi casa, pero después de tantos años la gente abrió mucho más la cabeza", expresó.

Según reveló, tiene personas que acuden a ella por recomendación de profesionales de la salud. "Osteópatas, médicos, psicólogos, está muy bueno ahora poder trabajar en conjunto", sostuvo. Ahora cuenta con mucho apoyo, por lo que dejó una reflexión con respecto a su labor: "Yo creo que no hay terapeuta energético intentando demostrar nada porque la mayoría de la gente cree en esto, a todos les ha pasado algo". Y consideró: "Siempre fue fascinante todo esto y a veces pensaba 'quizás un día me canse', y no. Sigo estudiando, me sigo capacitando, atiendo, enseño y voy a seguir mucho tiempo más en todo esto".